
Ayer mientras acompañaba a mi tía, a la que ingresamos, en el hospital por una infección de tipo indeterminado en un organismo totalmente determinado por la enfermedad , como de costumbre entre nosotros dos, hablamos sobre la posguerra, sobre la estancia de su madre, mi abuela, en la cárcel, lugar en donde mi tía nació, comentándome que ya habían muerto todos los que habían firmado las denuncias para que mi abuela fuera considerada una mujer peligrosa y se decidiera su ingreso en prisión, por el solo demostrable delito de ser fiel a la República, pertenecer al partido comunista y haber participado en el Socorro Rojo, una especie de cruz roja republicana para ayudar tras las líneas a los enfermos, a los heridos o a sus familias. Debo decir que mi abuela también hace tiempo que falleció, antes que muchos de sus acusadores y que murió de enfermedad y vejez en su cama, pero que desde que salió de la cárcel estuvo obligada a convivir, a ver casi todos los días a unos o a otros de los que mintieron para que ella, una mujer de pueblo, dedicada a su esposo y a sus hijos, una más vestida de negro con el pañuelo negro sobre la cabeza, endurecida en cualquiera y en todas las faenas posibles, desde las agrícolas hasta la cría de animales en casa, pasando por ir al campo a recoger hierbas silvestres para hacer ensalada y completar la dieta de su familia, terminara humillada, con la cabeza rapada, purgada con aceite de ricino y paseada por el pueblo hasta ir a la cárcel en donde, para más escarnio de una memoria viva, pues viva está todavía mi tía, entre rejas dio a luz a María; ¡ ironías del destino que como siempre juega con los pobres!, porque los ricos no daban a luz simplemente a una María, los ricos, ya se sabe, eran : María del Mar, María Inmaculada o María Monserrate. Se que es un desfase utilizar la palabra pobres, ya se sabe que ahora no existimos, ahora somos de renta baja o de bajo consumo, ahora no existimos ni los pobres, ni la clase obrera, ni las izquierdas y que las derechas de toda la vida, esas que se sublevaron contra un régimen legal y democrático, esas que ganaron una guerra con el apoyo de Hittler y Mussolini ( vamos Hittler y Mussolini, el acoso fascista del siglo XX, los mayores asesinos de la Europa moderna) sí las mismas que organizaron la represión en la posguerra,siendo ésta la más larga y sangrienta de las que se recuerda en cualquier país civilizado, europeo y “cristiano”, pues esas mismas derechas con sus mismos y repetidos “personajes”, con su mismo y repetido discurso, si, caramba acordaros de “España una Grande y Libre”, esa derecha que se enriquecía con el estraperlo y la especulación mientras mi abuela, traía a esta España una María, una niña condenada de antemano a no tener derecho a nada, a no contar para nada, a vivir con la mirada baja y que además, cuando creciera y fuese una mujer adulta, se le pediría que para que España fuera otra vez “ Grande y Libre”, María tenia que perder la memoria, sí, la cosa parece que no, pero es bastante simple, la derecha de antes la de toda la vida, muerto el dictador que la sustentaba se disfraza en la derecha de ahora “de centro derecha” y para que nadie se sienta herido u ofendido ( supongo que ellos, pues nosotros ya estábamos bastante heridos y ofendidos) le piden a María que pierda parte de su memoria; no fue suficiente que naciera en la cárcel y perdiera parte de su niñez, tampoco fue suficiente que creciera en un entorno en donde la mayoría de las personas adultas que la rodeaban entre ellas los prohombres de la comunidad, Alcalde, maestro, cura, sacristán y sargento de la benemérita, la mirasen como a un renacuajo en una charca de verano, perdiendo así parte de su maravillosa adolescencia, tampoco fue suficiente que como la mayor parte de su generación, la de la posguerra fuera una generación marcada y tristemente abocada al fracaso o a la subsistencia, no nada de eso es suficiente, la patria de las derechas, igual que un monstruo insaciable, quiere más, no tiene bastante. María también tiene que perder lo poco que le queda, el orgullo de haber sobrevivido siendo una perdedora, la satisfacción de ver a su país democráticamente gobernado, el descanso de recuperar, no de perder, recuperar el sentido del bien y de la justicia, saber y hacerse público que durante más de 40 años nos engañaron, ofendieron, humillaron, encarcelaron, fusilaron, expropiaron, explotaron y que nos hicieron sentir que éramos la encarnación del mal y que de nosotros nada bueno saldría, mientras que ellos y sus descendientes medraron, manipularon y engañaron, engordaron, ejecutaron, injuriaron y se enriquecieron a costa del sudor del obrero y del pan del campesino.
Nuevamente una de tantas ironías de la vida, los hijos de los sublevados, los delincuentes los que hoy en día serian considerados “ unos terroristas” esos pudieron ir a las escuelas los institutos y las Universidades para estar preparados y poder continuar dirigiendo y exprimiendo al país y sus habitantes, pero María como era una expresidiaria hija de una perdedora solo podía ir a la huerta, a la fabrica, o a servir de criada en la casa de los ricos y si eras guapa y tenias suerte podías llegar a ser la querida del alcalde, del somatén o del señorito de turno y claro, esto hoy, ofende al hijo o al nieto del alcalde, del somatén o del señorito de turno, por lo tanto María tiene que olvidar y si no olvida atenta contra la “Grandeza de la Patria” y contra la convivencia y contra la paz y contra el orden y contra….! ¡. Ósea, que si no olvida María es otra vez culpable, culpable de haber nacido en la cárcel, culpable de haber sobrevivido y culpable de recordar.
Otra ironía mas de la vida , si pensamos que el proceso de olvido al que tendría que someterse María seria doble, vamos total, sería un proceso de amnesia total, de borrado completo de una existencia, de una vida, sería como no haber sido, como no haber existido ni María, ni sus padres, ni sus hermanos. Si les digo esto es porque el padre de María, Antonio, que era el esposo de mi abuela Cesaria, él también estuvo en la cárcel, gracias a las denuncias de un grupo de vecinos y que por el solo demostrable delito de ser fiel a la República, y ser socialista se ganó el derecho a ser considerado un delincuente y a permanecer encarcelado mientras su esposa, en la cárcel de al lado, traía a esta España a una María destinada a no ser, a no existir y a tener que olvidarse de si misma.
En homenaje a María y en el recuerdo siempre vivo en nuestros corazones y en nuestras memorias de mis abuelos Cesaria y Antonio y el de tantos otros que fueron víctimas inocentes del terror y de la maldad de los hombres.
Nuevamente una de tantas ironías de la vida, los hijos de los sublevados, los delincuentes los que hoy en día serian considerados “ unos terroristas” esos pudieron ir a las escuelas los institutos y las Universidades para estar preparados y poder continuar dirigiendo y exprimiendo al país y sus habitantes, pero María como era una expresidiaria hija de una perdedora solo podía ir a la huerta, a la fabrica, o a servir de criada en la casa de los ricos y si eras guapa y tenias suerte podías llegar a ser la querida del alcalde, del somatén o del señorito de turno y claro, esto hoy, ofende al hijo o al nieto del alcalde, del somatén o del señorito de turno, por lo tanto María tiene que olvidar y si no olvida atenta contra la “Grandeza de la Patria” y contra la convivencia y contra la paz y contra el orden y contra….! ¡. Ósea, que si no olvida María es otra vez culpable, culpable de haber nacido en la cárcel, culpable de haber sobrevivido y culpable de recordar.
Otra ironía mas de la vida , si pensamos que el proceso de olvido al que tendría que someterse María seria doble, vamos total, sería un proceso de amnesia total, de borrado completo de una existencia, de una vida, sería como no haber sido, como no haber existido ni María, ni sus padres, ni sus hermanos. Si les digo esto es porque el padre de María, Antonio, que era el esposo de mi abuela Cesaria, él también estuvo en la cárcel, gracias a las denuncias de un grupo de vecinos y que por el solo demostrable delito de ser fiel a la República, y ser socialista se ganó el derecho a ser considerado un delincuente y a permanecer encarcelado mientras su esposa, en la cárcel de al lado, traía a esta España a una María destinada a no ser, a no existir y a tener que olvidarse de si misma.
En homenaje a María y en el recuerdo siempre vivo en nuestros corazones y en nuestras memorias de mis abuelos Cesaria y Antonio y el de tantos otros que fueron víctimas inocentes del terror y de la maldad de los hombres.
José Antonio Solá Izquierdo
1 comentario:
tuve la suerte de conocer a Cesarea, de ver como sus hijas la cuidaban en el ya derruido morales meseguer, oir de su boca muchas historias dificiles de creer por la crueldad de las mismas, tengo también la gran suerte de charlar a raticos con sus hijas a las que quiero mucho.
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