
El maestro dijo:
-Veo una montaña de arroz humeante y sabroso, y alrededor una muchedumbre de hambrientos. Sus palillos son más largos que sus brazos, así que cuando prenden la comida, no pueden llevársela a la boca y son víctimas de la frustración y el sufrimiento.
Ese es el infierno -contestó el maestro.
-¿Y el cielo? -volvió a preguntar el viejo.
-Veo una montaña de arroz humeante y sabroso, y alrededor una muchedumbre alegre. Sus palillos son más largos que sus brazos, pero han decidido, al prender la comida, dársela los unos a los otros. Ese es el cielo.
Publicus Pollino
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