Corrían tiempos difíciles en Santomera en 2006. Antonio Gil, del Partido Socialista, apuraba su último año de mandato con José María Sánchez Artés, del Partido Popular, pisándole los talones y jugando sucio para arrebatarle la alcaldía. Para lograr su sueño de ser alcalde José María echaría mano de lo que hiciera falta y, entre otras muchas cosas, de los que el creía sus grandes amigos en el PP de la Región de Murcia.
Estos amigos tenían el poder de abrir la caja o de cerrarla, así que al pobre Antonio le daban con la puerta en las narices cada vez que iba a Murcia, por mucho que fuera el primero en apuntarse a cubrir de elogios a los miembros del PP regional, haciéndolos pregoneros de las fiestas o concediéndoles premios como el Limón de Oro cada vez que caía una limosnilla en Santomera.
Por la incapacidad de Antonio Gil para sacar recursos de otras cajas que no fueran las del Gobierno regional, las obras de la residencia municipal se encontraban paradas desde 2001. José María Sánchez había dado órdenes de que no saliera un duro de Murcia para esa obra hasta que no pudiera ir él en persona a cortar la cinta de la inauguración.
Ese servicio daría trabajo a muchas personas que, caso de inaugurarse con el PP, estarían agradecidas de por vida al partido. Lo mismo pasaría con los mayores que pudieran obtener una plaza en el centro. A pesar de que la residencia se construye con los impuestos de todos y no es, por tanto, ni del PP, ni del PSOE, ni de IU, sino de todos los vecinos, ya trabajaría José María porque los ancianos instalados en la residencia consideraran que el PP de Santomera hacía con ellos una obra de caridad asignándoles una plaza en el centro.
En vez de recortar gastos de otros apartados y, especialmente, de los miles de euros que se tiraron en charangas, ferias y en levantar aceras en la época de bonanza, Antonio Gil tuvo que pedir una ayuda económica de tres millones de euros a una empresa privada de gestión de residencias, SERGESA.
Con esta firma, le echaba Antonio encima a Santomera una hipoteca de la que le costará mucho levantarse. A cambio de acabar las obras, la empresa SERGESA se hacía con el derecho para gestionar la residencia durante 40 años, haciéndose con la mitad de las plazas a ocupar por ancianos de alto poder adquisitivo que pagarían gran parte de su pensión a la empresa.
Es ya de por sí lastimoso que una obra de este tipo, que debería ser ante todo una ayuda para los mayores más necesitados, trabajadores en su día y padres y madres de trabajadores que no pueden ocuparse de ellos en la medida en la que lo necesitan, acabe siendo al 50 por ciento el lugar en el que los pudientes abandonan a sus familiares ancianos a cambio de muchos miles de euros al año.
Pero más penoso aún, es que la empresa SERGESA sea, de entre todas las que gestionan residencias de la tercera edad en España, la que más denuncias acumula por abandono y maltrato de los ancianos, falta de personal en sus centros y malas condiciones laborales de sus trabajadores.
Las irregularidades son tantas que, en los últimos años, hasta se ha creado una asociación de familiares de antiguos residentes para denunciar las vejaciones que sus mayores recibieron en los centros de SERGESA. Se trata de la Asociación Residencias Dignas, que agrupa a afectados de Guadalajara, Las Palmas de Gran Canaria o, sin ir más lejos, del pueblo murciano de Alcantarilla, en el que SERGESA gestiona la Residencia Virgen de la Salud, denunciada también en varias ocasiones por presunto abandono de los ancianos residentes, deficiencias en las instalaciones o negligencia en la administración de fármacos.
Junto a este comunicado de Izquierda Unida Santomera, puedes leer informaciones de denuncias a SERGESA aparecidas en medios de comunicación de distinto signo.
Las protestas, que se extienden a lo largo y ancho de la geografía española, indican que los problemas de SERGESA no son puntuales sino que responden a una lógica de la empresa para sacar el máximo beneficio haciendo la mínima inversión posible.
Por la incapacidad de Antonio Gil para sacar recursos de otras cajas que no fueran las del Gobierno regional, las obras de la residencia municipal se encontraban paradas desde 2001. José María Sánchez había dado órdenes de que no saliera un duro de Murcia para esa obra hasta que no pudiera ir él en persona a cortar la cinta de la inauguración.
Ese servicio daría trabajo a muchas personas que, caso de inaugurarse con el PP, estarían agradecidas de por vida al partido. Lo mismo pasaría con los mayores que pudieran obtener una plaza en el centro. A pesar de que la residencia se construye con los impuestos de todos y no es, por tanto, ni del PP, ni del PSOE, ni de IU, sino de todos los vecinos, ya trabajaría José María porque los ancianos instalados en la residencia consideraran que el PP de Santomera hacía con ellos una obra de caridad asignándoles una plaza en el centro.
En vez de recortar gastos de otros apartados y, especialmente, de los miles de euros que se tiraron en charangas, ferias y en levantar aceras en la época de bonanza, Antonio Gil tuvo que pedir una ayuda económica de tres millones de euros a una empresa privada de gestión de residencias, SERGESA.
Con esta firma, le echaba Antonio encima a Santomera una hipoteca de la que le costará mucho levantarse. A cambio de acabar las obras, la empresa SERGESA se hacía con el derecho para gestionar la residencia durante 40 años, haciéndose con la mitad de las plazas a ocupar por ancianos de alto poder adquisitivo que pagarían gran parte de su pensión a la empresa.
Es ya de por sí lastimoso que una obra de este tipo, que debería ser ante todo una ayuda para los mayores más necesitados, trabajadores en su día y padres y madres de trabajadores que no pueden ocuparse de ellos en la medida en la que lo necesitan, acabe siendo al 50 por ciento el lugar en el que los pudientes abandonan a sus familiares ancianos a cambio de muchos miles de euros al año.
Pero más penoso aún, es que la empresa SERGESA sea, de entre todas las que gestionan residencias de la tercera edad en España, la que más denuncias acumula por abandono y maltrato de los ancianos, falta de personal en sus centros y malas condiciones laborales de sus trabajadores.
Las irregularidades son tantas que, en los últimos años, hasta se ha creado una asociación de familiares de antiguos residentes para denunciar las vejaciones que sus mayores recibieron en los centros de SERGESA. Se trata de la Asociación Residencias Dignas, que agrupa a afectados de Guadalajara, Las Palmas de Gran Canaria o, sin ir más lejos, del pueblo murciano de Alcantarilla, en el que SERGESA gestiona la Residencia Virgen de la Salud, denunciada también en varias ocasiones por presunto abandono de los ancianos residentes, deficiencias en las instalaciones o negligencia en la administración de fármacos.
Junto a este comunicado de Izquierda Unida Santomera, puedes leer informaciones de denuncias a SERGESA aparecidas en medios de comunicación de distinto signo.
Las protestas, que se extienden a lo largo y ancho de la geografía española, indican que los problemas de SERGESA no son puntuales sino que responden a una lógica de la empresa para sacar el máximo beneficio haciendo la mínima inversión posible.
POR TODO ELLO Y TRAS ESTUDIAR DETENIDAMENTE ESTOS DOCUMENTOS, IZQUIERDA UNIDA DICE:
¡NO A SERGESA COMO GESTORA DE LA RESIDENCIA MUNICIPAL!
¡NO A LOS ENFRENTAMIENTOS DE PP Y PSOE, QUE HAN DADO AL TRASTE CON UNA RESIDENCIA DE ANCIANOS PÚBLICA ÍNTEGRAMENTE!
¡SÍ A UNA RESIDENCIA PÚBLICA EN LA QUE EL ACCESO SE OBTENGA DE ACUERDO A CRITERIOS DE DISCAPACIDAD Y RENTA!
¡¡¡FINALIZACIÓN DE LAS OBRAS CON DINERO PÚBLICO, YA!!!
¡NO A LOS ENFRENTAMIENTOS DE PP Y PSOE, QUE HAN DADO AL TRASTE CON UNA RESIDENCIA DE ANCIANOS PÚBLICA ÍNTEGRAMENTE!
¡SÍ A UNA RESIDENCIA PÚBLICA EN LA QUE EL ACCESO SE OBTENGA DE ACUERDO A CRITERIOS DE DISCAPACIDAD Y RENTA!
¡¡¡FINALIZACIÓN DE LAS OBRAS CON DINERO PÚBLICO, YA!!!
Adjuntamos un enlace a la página web de la asociación Residencias Dignas en ella se relatan muchos de los modos de actuar de Sergesa, que se comentan en este artículo y que podrían producirse en nuestro pueblo.
1 comentario:
Descorazonador y verdaderamente terrible, después de leer quienes son, de que empresa se trata, siento dentro dos sentimientos contrapuestos.
Por un lado una sensación de tristeza y desamparo al pensar qué clase de gestión hicieron los anteriores ediles y en qué cosas más, que desconocemos, fueron igual de incompetentes y que gestión hará el que hay y los que vendrán si todos son del mismo talante y parecido criterio al confundir el bien público con el bien partidista o partidario.
Y por otro lado una rabia que me sube por la boca del estomago y que me pide que los mande a todos a sus casas, apaciblemente con sus familias, que como podéis ver tampoco es tan malo pero de lo público ni el olor, solo lo que le corresponda como ciudadano, acabado a sus casas, a ser felices y dejarnos al resto ser felices también.
Ahora que quede claro, este entuerto no lo tendremos que comer los satomeranos(as) con patatas o con los que nos gobiernan quieran aliñarlo, pero no lo comeremos, nos cuesta y nos costara los dineros. Y seguro que ningún militante ni votante del PSOE o del PP pedirán explicaciones a sus dirigentes o exigirán responsabilidades, ya que tanto unos como los otros consideran más importante joder al contrario que beneficiar a la comunidad.
Cada vez resulta más difícil creerse las mentiras y patrañas de unos y otros, solo los acólitos, los iniciados los movidos por la Fe de uno u otro lado son los que mantienen y alimentan a los sumos sacerdotes de uno y otro altar.
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