JUSTICIA SOCIAL + EQUIDAD MORAL + ÉTICA LEGAL+ CARIDAD CRISTIANA = memoria histórica (II)

¿Y me pregunto yo, no fue ese un acto noble y cristiano, traer los restos de esos anónimos pecadores desterrados de la luz de Dios a que llenaran los vacios de tan sagrado monumento?, ¿no sería esta una forma de impedir que estas cientos o miles de almas, no estuviesen toda la eternidad condenadas a deambular o existir en un mundo Rojo desprovistos del halito esperanzador del espíritu y la esperanza del toque de corneta (perdón trompetas) final?

Prietas las filas por todos los destrozados caminos patrios, por todos los cementerios clandestinos o no, por todas las tapias traspasadas por las balas justicieras de los buenos, se fueron materializando las caravanas nocturnas de camisas azules que cual ánimas venditas expropiaban al cadáver del vencido de su última morada desprovista del soplo divino, para transportar a sus huesos y a sus almas de una forma clandestina y anónima hasta esta catedral llamada EL VALLE DE LOS CAIDOS, en donde sus huesos amontonados unos sobre otro por fin podrían llegar al cielo, aunque no nos engañemos una cosa es llegar al cielo y otra más peliaguda es entrar en él.

La actuación anónima digan lo que digan las víboras, las hienas y los familiares de los vencidos, sé hizo para no profundizar más en la herida abierta del dolor de una madre, una esposa (la verdadera no la de los matrimonios gay) o una hija (si no es por inseminación artificial o producto de la loca fornicación).

¡Nunca, voto a bríos con la pérfida intención de ocultar los hechos!
Y ahora blasfemia y traición los mismos familiares de estas almas que por fin han encontrado la paz quieren arrebatar estos cadáveres de la luz del espíritu y de la gloria patria para en un acto de sin razón histórica, que para lo único que sirve es para romper la paz de los cementerios que tanto gustó siempre a Fraga y al Caudillo.

No lo permitamos los huesos de todos los españoles pertenecen a Dios a la Iglesia y a la patria del Caudillo y sus legítimos sucesores políticos representados por los dos Gloriosos partidos MAYORITARIOS, por la gracia de Dios, el Rey y el soplo divino de: La Banca, Los Mercados y la Especulación, esa casi santa trinidad que todo lo mueve.

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