En la Región de Murcia, desde hace años sufrimos la economía sumergida como un lastre que nos identifica como una de las Comunidades que mayor índice tienen, y aunque ésta práctica es conocida por la mayoría de los murcianos, pocas veces se interviene para mejorar.
En muchas empresas de la Región, aprovechando de forma coyuntural el momento que estamos viviendo, están potenciando que el fraude, tanto en la contratación, como en la elaboración de nóminas, está llegando a niveles sin precedentes y es aquí donde debemos realizar una reflexión para que entre todos empecemos a erradicarla, y para ello, es necesario que conozcamos la otra cara de la economía sumergida.
Las empresas, para ser más rentables muchas veces sólo piensan en cómo abaratar gastos relacionados con los trabajadores y para ello utilizan la contratación sin dar de alta en la Seguridad Social, o en otros casos para disminuir las cargas sociales dan parte de la nómina en negro a los trabajadores que tiene a su cargo.
Este hecho lo único que nos genera es “pan para hoy y hambre para mañana”, ya que la economía sumergida repercute directamente en el estado de bienestar que poseemos, es decir, en las prestaciones sanitarias, en las pensiones, en las prestaciones por desempleo, en definitiva, en todo aquello que depende de las arcas de la Seguridad Social, y ante esta actitud que propician las empresas, somos todos los murcianos quienes lo padecemos, ya que dichos servicios inevitablemente empeoraran día tras día.
El que veamos como algo normal y natural que nuestro trabajo tenga una parte de dinero en negro, significa que nuestra jubilación será peor en el futuro, que si tenemos un accidente, sea laboral o no, el período que estemos de baja nuestras retribuciones disminuirán considerablemente ya que el INEM solo nos abonará en base al salario “en nómina” que tenemos, si nos despiden y nos tienen que indemnizar la cantidad a recibir será mucho menor que la que nos corresponda, en definitiva, que sólo salimos perjudicados la Seguridad Social, porque recoge menos cantidad de dinero y los trabajadores, a costa del bienestar de los empresarios.
Los trabajadores debemos conocer de qué medios disponemos para empezar hacer frente a ésta cuestión y para ello tienen un papel muy importante los sindicatos, ya que éstos, a través de sus delegados de personal o de los comités de empresas, son los que deben sacar a la luz pública aquellas empresas que tengan integrados en su funcionamiento el fraude fiscal. Son los representantes de los trabajadores, y no los trabajadores de forma individualizada con el consiguiente riesgo de perder su empleo, los que deben denunciar a la Inspección de Trabajo dichas empresas y de manera coordinada entre la Administración ( a través de la Inspección de Trabajo) y los representantes de los trabajadores seremos capaz de empezar a disminuir esas cifras que son tan preocupantes para nuestra Región.
En muchas empresas de la Región, aprovechando de forma coyuntural el momento que estamos viviendo, están potenciando que el fraude, tanto en la contratación, como en la elaboración de nóminas, está llegando a niveles sin precedentes y es aquí donde debemos realizar una reflexión para que entre todos empecemos a erradicarla, y para ello, es necesario que conozcamos la otra cara de la economía sumergida.
Las empresas, para ser más rentables muchas veces sólo piensan en cómo abaratar gastos relacionados con los trabajadores y para ello utilizan la contratación sin dar de alta en la Seguridad Social, o en otros casos para disminuir las cargas sociales dan parte de la nómina en negro a los trabajadores que tiene a su cargo.
Este hecho lo único que nos genera es “pan para hoy y hambre para mañana”, ya que la economía sumergida repercute directamente en el estado de bienestar que poseemos, es decir, en las prestaciones sanitarias, en las pensiones, en las prestaciones por desempleo, en definitiva, en todo aquello que depende de las arcas de la Seguridad Social, y ante esta actitud que propician las empresas, somos todos los murcianos quienes lo padecemos, ya que dichos servicios inevitablemente empeoraran día tras día.
El que veamos como algo normal y natural que nuestro trabajo tenga una parte de dinero en negro, significa que nuestra jubilación será peor en el futuro, que si tenemos un accidente, sea laboral o no, el período que estemos de baja nuestras retribuciones disminuirán considerablemente ya que el INEM solo nos abonará en base al salario “en nómina” que tenemos, si nos despiden y nos tienen que indemnizar la cantidad a recibir será mucho menor que la que nos corresponda, en definitiva, que sólo salimos perjudicados la Seguridad Social, porque recoge menos cantidad de dinero y los trabajadores, a costa del bienestar de los empresarios.
Los trabajadores debemos conocer de qué medios disponemos para empezar hacer frente a ésta cuestión y para ello tienen un papel muy importante los sindicatos, ya que éstos, a través de sus delegados de personal o de los comités de empresas, son los que deben sacar a la luz pública aquellas empresas que tengan integrados en su funcionamiento el fraude fiscal. Son los representantes de los trabajadores, y no los trabajadores de forma individualizada con el consiguiente riesgo de perder su empleo, los que deben denunciar a la Inspección de Trabajo dichas empresas y de manera coordinada entre la Administración ( a través de la Inspección de Trabajo) y los representantes de los trabajadores seremos capaz de empezar a disminuir esas cifras que son tan preocupantes para nuestra Región.
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