jueves, 22 de julio de 2010

LA INSUMISIÓN DE VALCÁRCEL AL ABORTO: POR UN CACHITO DE GLORIA


El PP ha tenido que salir al quite de la salida de pata de banco del presidente autonómico de Murcia, declarándose insumiso, en la práctica, ante la nueva ley del aborto. Así, Ramón Luis Valcárcel ha conseguido atraer sobre sí la atención que de otra forma se le habría negado. Obsesionado por “poner a Murcia en el mapa”, esta vez lo ha conseguido.

A Valcárcel le llovieron recordatorios de que las leyes están para cumplirlas en un Estado de Derecho. Y críticas sorprendidas de cómo un representante del Estado, tal que es un presidente autonómico, osa declararse contrario a la aplicación normativa, en vez de procurar su cumplimiento.

El presidente murciano, presionado por su partido y por instancias jurídico-políticas rectificó su postura sobre la aplicación de la ley, aunque mantiene sus reticencias a la misma lo que hace albergar dudas sobre su efectividad en Murcia, región española con el mayor número de abortos practicados en 2009, más de 5.000.

Valcárcel no considera correcto aplicar esta ley en tanto no se pronuncie el Tribunal Constitucional. Sin embargo, el Gobierno murciano aplica a machamartillo la Ley del Suelo regional desde su entrada en vigor, en el año 2001, pese a estar en proceso de exámen ante el recurso que la oposición presentó al TC por considerarla inconstitucional.

Hace, pues, ya casi diez años que el Ejecutivo de Murcia ignora y menosprecia el instrumento legal que ahora idealiza y eleva a la categoría de imprescindible para acatar una ley: el recurso de constitucionalidad. Según el razonamiento cacareado por Valcárcel a la puerta de Génova el lunes, esa ley regional debería estar en suspenso desde el mismo momento en que se anunció que se recurriría ante el TC.

Pero todo se explica cuando se conoce que aquella ley desprotegía 15.000 hectáreas de espacios naturales para que pudieran ser urbanizadas en mayor o menor medida. La piedra angular era y sigue siendo un macroproyecto de miles de viviendas, plazas hoteleras, varios campos de golf, puertos deportivos, etcétera en terrenos que hasta 2001 estaban incluidos en el parque regional Cabo Cope y Puntas de Calnegre, que vio notablemente reducida su superficie.

Iberdrola, Cajamurcia y Bancaja son los principales impulsores de esa reordenación territorial que pretenden realizar cuando pase la actual tormenta inmobiliaria y que llaman Marina de Cope. En esos terrenos, ya pretendió la eléctrica construir una central nuclear en los años setenta del siglo pasado.

Valcárcel debería explicar por qué es tan importante el recurso al TC para no aplicar la ley del aborto y por qué no lo es para urbanizar antiguos terrenos protegidos. No lo hará. En cualquier caso, él ya ha tenido su “minuto de oro” en los informativos nacionales. Estará contento.

4 comentarios:

Antonio dijo...

A veces, mas veces de lo que el buen sentido o el sentido común aconseja, los chicos o/y las chicas del PP parecen deficientes, como si les faltara un hervor.
Murcia es la comunidad que más casos de aborto de menores tiene de toda España, y lo único que se le ocurre a esta "Lumbrera" que nos desgobierna es atacar a la ley del aborto.

Anónimo dijo...

Mas condones y menos abortos. La educacion sexual en el siglo XXI sigue siendo deficiente. Echan polvos a parir de los 13 años y asi nos va.

Anónimo dijo...

¿Echar polvos está bien? ¿No?
Nos gusta a todos, da igual la raza, el color, la religión o la ideología política.
Pero los cristianos, machaca que machaca, que el sexo es malo, que se te cae el pelo, que te quedas ciego o que te va a castigar el señor con agua caliente, etc. pero ellos bien que juegan al viejo juego de "mete saca, saca mete", hasta los curas u obispos, hay es na.
Pero es cierto mas educación sexual y menos prohibiciones y miedos, que a todos nos gusta, ya lo dice el refrán: "Da igual que seamos musulmanes, judíos, cristianos o mormones, a todos nos gusta que nos pasen la mano por los cojones.

Sincero dijo...

Claro que nos gusta echar polvos, pero abortar no debe convertirse en otro método anticonceptivo. Es algo muy fuerte y no un juego de niños.